MOVIMIENTO POPULAR UNIFICADO
QUE RENUNCIEN
MARTINELLI Y VARELA
QUE SE CONVOQUEN NUEVAS ELECCIONES
PRESIDENCIALES
Y UNA ASAMBLEA CONSTITUYENTE
De izquierda a derecha, Juan Carlos Varela, vicepresidente; Bosco Vallarino, ex-alcalde de Panamá;
Ricardo Martinelli y Roxana Méndez, actual alcaldesa de Panamá.
La última manifestación de la gangrena
pútrida que corroe al sistema político panameño han sido las acusaciones mutuas
de corrupción, y las exigencias mutuas de renuncia, que se han lanzado entre sí
el presidente Ricardo Martinelli y el vicepresidente Juan Carlos Varela. Ambos
se han acusado de recibir “favores” del empresario Valter Lavítola, preso en
Italia, acusado entre otras cosas, de pagar sobornos a funcionarios del
gobierno panameño a cambio de contratos públicos.
El juicio contra
Lavítola confirma las sospechas generalizadas de que el presente gobierno
maneja el erario a favor de empresas “amigas”. Que Martinelli y Varela se
acusen de corruptos constituye una confesión de parte. El escándalo “Lavítola”
no es la excepción, sino la norma, en un gobierno que desde el primer día ha
estado marcado por escándalos de corrupción: desde los sobornos que
estremecieron a la Procuraduría General, pasando por la apropiación indebida de
tierras estatales (como en Paitilla y Juan Hombrón), hasta la renuncia del alcalde
panameñista de la ciudad de Panamá, Bosco Vallarino.
La ciudadanía panameña está hastiada de
la corrupción que ha imperado durante los diversos gobiernos transcurridos bajo
este régimen político, supuestamente “democrático”. La nómina Martinelli-Varela,
de manera hipócrita, vendió la idea de que combatirían la corrupción.
Pero han resultado peores que los gobiernos
anteriores.
La causa de la corrupción generalizada
está en un sistema electoral basado en el poder del dinero, por el cual sólo
los millonarios pueden constituir partidos políticos. Un sistema por el que,
para ser candidato, debe contarse con sumas fabulosas provenientes de
empresarios, algunos de dudosa reputación, que financian a los candidatos y
cobran los favores con contratos públicos. Un sistema que cierra las puertas a
alternativas políticas y candidatos provenientes de clases medias y populares.
El Movimiento Popular
Unificado (MPU) sostiene que el actual Gobierno panameño carece de toda
legitimidad y es culpable, además de corrupción, de represiones, asesinatos,
amenazas constantes, espionaje, chantaje y negligencia criminal, y que las
demás instituciones del Estado, vergonzosamente cooptadas, son co-artífices y
cómplices de estos delitos.
En vista de ello, la única salida frente a la actual crisis de que abarca a todos los
políticos y partidos de este sistema oligárquico y corrupto, es que RENUNCIEN AMBOS: MARTINELLI Y VARELA; que asuma el poder un Gobierno
Provisional constituido por personas de probidad ampliamente reconocida de la
sociedad civil que, de manera urgente, convoque a nuevas elecciones presidenciales BAJO NUEVOS CRITERIOS DEMOCRÁTICOS (incluyendo la posibilidad de que los sectores populares podamos
participar, y límites a las donaciones privadas); que se convoquen
paralelamente elecciones a una ASAMBLEA CONSTITUYENTE que derogue el
sistema imperante y barra a todos los corruptos de los órganos del Estado
(incluyendo la Corte Suprema de Justicia y el Tribunal Electoral), y
que los responsables de la corrupción rampante y de todos estos crímenes sean
juzgados, los bienes malhabidos sean recuperados, las familias de los lisiados
y asesinados indemnizadas y que la República sea refundada sobre una base
decente.
¡Juicio y castigo a los corruptos,
represores y asesinos!
Panamá, 10 de mayo de 2012.
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