sábado, 10 de noviembre de 2012


Un apunte sobre el Movimiento Ciudadano por el
Fortalecimiento de la Identidad Panameña

Nombre de Dios a fines del siglo XVI

 
        José Ingenieros, el gran ensayista argentino, afirmaba que “es la coyuntura, el contexto, el que hace del talentoso un genio.”  Precisamente, la actual coyuntura en que la deshumanización de la educación y la cultura busca que unos pocos pongan a las mayorías a sufrir el yugo y la vara de quienes quieren convencerlas de que les conviene y les beneficia ser dóciles carneros del sistema que los cosifica y los instrumentaliza; justamente esta coyuntura en que se exalta el lujo de los violentos y la exquisitez de la violencia; en que la sangre del pueblo que trata de zafarse de las garras de la avaricia ya ha corrido, generosa, en calles y poblados de nuestro país; justo ahora que hay poderosos que se regodean en la contemplación de sus crímenes y latrocinios, buscando asegurar su impunidad a través de innúmeros subterfugios; precisamente ahora que quieren borrar de la mente y el corazón de nuestras juventudes todo aquello que nos hizo ser lo que somos, todo aquello que hace al ser humano una entidad completa y superior; ahora que tan burdamente se quiere imponer el “tanto tienes, tanto vales” y que incluso, para baldón de nuestra intelectualidad, mentes otrora señaladas en lo alto por su sabiduría han descendido a las profundas simas de la ignominiosa venta y destrucción de nuestro patrimonio espiritual y tangible; ahora, justo ahora, el talento que no se ha dejado descomponer ha querido cerrar filas, reagruparse, reconciliarse incluso, en aras de luchar por la victoria en la ciclópea y a ratos desigual confrontación que le depara el tener que hacer frente a tantos y tan grandes enemigos cuya ambición desmedida no ha escatimado en intentar sacrificar incluso nuestra propia existencia como pueblo, lo cual constituye el summun de su abyección, la más profunda y despreciable de sus traiciones.
        Un llamado, una convocatoria, una comparación que ha hecho la gente honesta con respecto a su realidad, ha despertado el fuego de los escrúpulos, la llama ardiente del pundonor que inspira la defensa última e íntima, pero a la vez compartida, del ser humano integralmente libre y seguro de quién es.  La antropóloga Ana Elena Porras, directora que fue de los Archivos Nacionales y, por consiguiente, de tantos y tan valiosos tesoros que hacen posible la comprensión de lo que somos, cuenta en este lugar cómo se realizó la brillante y nunca tan necesaria conjuración:

“Sobre el origen y liderazgo del Movimiento: la idea de formar un grupo para defender la memoria histórica y la identidad nacional surgió espontáneamente, a mediados de septiembre, a partir de un cruce de correos entre Pedro Rivera, Paulino Romero, Ricardo Ríos, Ileana Gólcher y yo. Ellos denunciaban el avasallamiento por parte de las autoridades de educación, a la memoria y la identidad nacional, al eliminar autores claves de la nacionalidad panameña así como al eliminar también el curso de historia de las relaciones entre Panamá y los EEUU, por el abandono de los museos, etc. Al leerlos, les comuniqué mi solidaridad y les sugerí la idea de organizarnos para resistir y protestar. Al principio, imaginé formar un grupo de intelectuales, profesores y artistas. Ellos abrazaron mi iniciativa y me exhortaron a que tomara el liderazgo y escribiera el primer borrador del manifiesto. Así lo hice. Seguidamente, me ofrecieron su apoyo: Monchi Stoute, Eduardo Flores, Rubén Darío Paredes, José Ángel Garrido y Magela Cabrera. Luego, empecé a invitar a más personas y agrupaciones con quienes me he activado anteriormente (como el Kolectivo y el Frente de Defensa del Patrimonio Histórico y Natural) que se interesan y se activan en defensa del patrimonio histórico y cultural. (…) En el transcurso de dos meses, el Manifiesto fue ampliando su convocatoria a todos los ciudadanos y puliendo su contenido hasta lograr su versión actual, todavía imperfecta, por supuesto, pero suficientemente madura, después de 9 revisiones con sus modificaciones, para iniciar nuestra acción cívica.
 
        Nació así el Movimiento Ciudadano por el Fortalecimiento de la Identidad Panameña, una agrupación que, tras su modesto inicio, ha ido creciendo más y más, compuesta por personas conscientes de que lo que está en peligro es más que la historia y más que los monumentos, ya de por sí todo ello tan valioso: está en peligro todo aquello que nos es esencial, que nos hace ser lo que somos; en definitiva, nuestra propia existencia…  Los enemigos de la panameñidad, ese bien de valor inconmensurable, logrado a duros golpes a través de tantos años entre tragedia y gloria, pretenden destruir en poco tiempo la obra colectiva de prolongadas generaciones.  Buscan hacer, por unas monedas, que se borre la coherencia y la sustancia de nuestra psique social, porque creen, con arrogancia, que han entendido la “simpleza” de nuestro pueblo, y estiman, en su alma fenicia, que cada cabeza de nuestro país es una cabeza de ganado, que el territorio nacional es su finca particular, y que pueden comprar y vender, a su antojo, su tierra, sus bienes y su gente.
        ¡Cuán equivocados están; otra vez menosprecian al pueblo panameño!  Bien sabemos que sus mentes colonizadas, acostumbradas a pertenecer a un amo, no razonan más lógica que la de la esclavitud.  Quieren hacernos ver que la libertad la da el tener, y no el ser.  Piensan que somos tan memos que no nos damos cuenta de que todo ello es parte de un plan pre-concebido, impuesto por sus esclavizadores imperiales para tratar de borrar de la mente de los pueblos cualquier vestigio de autosuficiencia espiritual, de iniciativa psicológica, de capacidad de responder a la injusticia.  El mundo injusto necesita que la injusticia se acepte como algo natural; no hay cabida en él para quienes pretendan cambiarlo.  Pero están totalmente equivocados.
        Varias han sido ya las gloriosas jornadas en que el pueblo panameño, ese pueblo llano, sencillo y pintoresco, ha puesto a lamer el polvo de la derrota a estos agentes de la incultura al servicio de los más mezquinos, macabros y traicioneros intereses.  Nunca había sido la coyuntura más oportuna y más urgente.  El Movimiento engrosa, cada día que pasa, sus cohortes.  Seremos legiones y huirán esos míseros gladiadores y mercenarios ante el embate arrollador y victorioso de ese gran ejército de ciudadanos que se une en defensa de la vida misma de la nación panameña.

José Ángel Garrido Pérez
9-XI-2012

COMUNICADO A LA NACIÓN
POR LA MEMORIA HISTÓRICA Y LA IDENTIDAD NACIONAL DE PANAMÁ

MOVIMIENTO CIUDADANO POR EL FORTALECIMIENTO DE LA IDENTIDAD PANAMEÑA

NOSOTROS, ciudadanos y ciudadanas de Panamá, unidos por nuestro compromiso por la cultura, la memoria histórica y la identidad panameña

PROCLAMAMOS:
Ø  Panamá experimenta una fase de crecimiento económico única en nuestra historia, presentando oportunidades de desarrollo humano que hasta ahora no se habían alcanzado.
Ø  Nuestro país atraviesa por un proceso de transformaciones extremadamente complejo, generado en buena medida por la incorporación del Canal a nuestra economía interna, y que conduce a nuevos negocios y operaciones vinculadas a las comunicaciones interoceánicas, que nos vinculan más estrechamente que antes con el mercado mundial. Estas transformaciones pueden producir un país mucho más próspero y equitativo, si corregimos a tiempo el rumbo de nuestras políticas económicas y sociales hacia objetivos de inclusión social y sostenibilidad.
Ø  Se ha reducido nuestra educación a una pura dimensión instructiva, para formar empleados más dóciles y eso no nos hará más competitivos.
Ø  En este contexto, no vemos una orientación nacional hacia el futuro que se conecte con nuestra historia y con nuestras aspiraciones como pueblo, con visión sobre quiénes somos y qué anhelamos ser como nación. La situación presente de incertidumbre y malestar en la cultura no ofrece opciones al presente con proyecciones de futuro, sustentadas en una comunidad de valores y propósitos.
Ø  Nuestros gobernantes no están mirando hacia el futuro con visión de patria. El riesgo de dejarnos arrebatar los frutos de la lucha patriótica contra el enclave colonial, que son el resultado de muchas generaciones de panameños y panameñas, es advertencia oportuna que hacemos, a juzgar por la desnacionalización del país que observamos en el presente.
Ø  Es lamentable la destrucción y abandono de nuestro patrimonio histórico y cultural; un hecho inaceptable e injustificable, en todo momento y circunstancia.

EXPRESAMOS:
Ø  Preocupación por las políticas y prácticas de nuestros gobiernos que, en aras de un mal comprendido “progreso económico”, menosprecian el aprendizaje humanístico conducente a formar ciudadanos y ciudadanas con capacidad analítica, pensamiento crítico y creativo, honestos y con cultura de paz.  Al eliminar horas y  cátedras en historia, ciencias sociales y filosofía, que son las asignaturas creadoras y transmisoras de nuestra memoria colectiva e identidad nacional, así como de la cultura universal, atentan contra el civismo, desarrollo intelectual, salud psicológica y la formación moral de nuestra juventud.
Ø  Indignación, porque nuestras autoridades persisten en restarle importancia a la memoria histórica y a la identidad nacional, generadoras de autoestima, cohesión social y personalidad individual, tan necesarias para que los panameños y panameñas logremos una sociedad más emprendedora, equitativa y sostenible, que destaque en el mundo por su pluralidad étnica, solidaridad, con pensamiento propio y descolonizado. 
Ø  Dolor frente a medidas económicas en la educación que profundizan la desigualdad educativa entre la enseñanza pública y la privada, y destruyen cualquier sistema honesto para la igualdad de oportunidades.

DENUNCIAMOS:
1.      Las políticas y prácticas educativas que:
Ø  Reducen  horas y asignaturas en humanidades y ciencias sociales, así como la fusión de estas materias con resultados mediocres en la formación de la ética, la ciudadanía, la conciencia histórica y la identidad nacional. Ocasionando, además,  desajustes graves en la oferta académica universitaria de las humanidades y  ciencias sociales, exponiendo al país a un tecnicismo mercantil, huérfano de pensamiento propio y de identidad. Tal es el caso de la eliminación de la cátedra de Historia de las Relaciones entre Panamá y Estados Unidos a través de la Ley 407.
Ø  Suprimen a autores panameños, íconos de la nacionalidad, de las listas de textos obligatorios y recomendados por el Ministerio de Educación, haciendo más difícil la formación de una conciencia de la nacionalidad y un sentido de pertenencia, compartida por las generaciones anteriores.
Ø  Eliminan contenidos que desarrollan competencias en materia de redacción, los cuales quedan subsumidos a la gramática.

2.      La ausencia de una política cultural democrática, incluyente y comprometida con el patrimonio histórico y cultural de Panamá, adoptando prácticas como:

Ø  La clausura de programas literarios y espacios culturales, violando el derecho a la libertad de expresión, bajo el argumento antidemocrático de que se critica al gobierno de turno.
Ø  El abandono, hasta la destrucción, de museos y monumentos históricos que representan el patrimonio histórico y cultural de los panameños. En este sentido, resulta una vergüenza nacional que nuestro Museo Antropológico sea sede para toda clase de exhibiciones y espectáculos, con exclusión del legado arqueológico y precolombino de los pueblos originarios de Panamá.
Ø  La destrucción de nuestro patrimonio urbanístico y arquitectónico, del legado histórico y cultural de Panamá, como  ocurre con algunas ruinas de Panamá La Vieja, dando preeminencia a la construcción de vías por encima de la preservación del patrimonio histórico; la ausencia de conservación y protección  de sitios como el Fuerte de San Lorenzo, Portobelo, la arquitectura histórica de Bella Vista, y un sinnúmero de Iglesias coloniales, sitios arqueológicos y pueblos vernaculares, así como el avasallamiento urbanístico que ocasiona al Casco Antiguo la construcción  la Cinta Costera, en su fase III.
Ø  La indolencia por la construcción de espacios públicos -libres y gratuitos- que favorezcan el encuentro, refuercen la identidad ciudadana, propicien las expresiones culturales y artísticas y fomenten la socialización, mitigando así la violencia.

3.      El derroche y uso del dinero público, sin la anuencia de los ciudadanos:

Ø  En inútiles inversiones que remilitarizan el país, sin disminuir la violencia, y en construcciones insostenibles energética y ambientalmente; en propaganda gubernamental que pretende hacer olvidar prioridades como la construcción de escuelas suficientes y bien equipadas que aseguren una educación integral y de calidad, en horarios completos, y que forme ciudadanos que defiendan la ética y la democracia, y la formación de científicos y profesionales que cimenten una Nación justa, que impulse la construcción de un país sostenible económica, social y ambientalmente.

PROPONEMOS:

Ø  Derogar la Ley 407 que elimina la asignatura: Historia de las Relaciones de Panamá y Estados Unidos y aprobar nuevamente la enseñanza de la misma.
Ø  Reincorporar de inmediato a los escritores de la nacionalidad panameña eliminados en las listas de textos del MEDUCA.
Ø  Suspender el Decreto N° 85 del 3 de abril de 1985 y la Ley 29 sobre la actualización de libros de consulta escolar que dan sustento al Resuelto N° 3294 del 15 de diciembre de 2008, del MEDUCA.
Ø  Incrementar y reformular el presupuesto nacional para invertir con prioridad en una educación integral y de excelencia.
Ø   La creación del Ministerio de Cultura, con su correspondiente diseño de una política cultural, con el suficiente presupuesto para impulsar la investigación, la creación y la manifestación cultural en todas sus expresiones, así como el rescate de museos, sitios y monumentos históricos nacionales.
Ø  Que se cumplan estrictamente los tratados y convenios internacionales en materia de cultura y educación.

Exigimos que todos los candidatos a la presidencia de la República, para las próximas elecciones, firmen el presente documento como muestra de su compromiso con la defensa de la identidad nacional, la memoria histórica y la cultura nacional.


Dado en la ciudad de Panamá, al día 1° del mes de noviembre de 2012.

martes, 6 de noviembre de 2012


Movimiento Popular Unificado
 
LA EXPLOSIÓN POPULAR CONTRA LA LEY 72,
BALANCE Y PERSPECTIVAS

 
La movilización popular contra la Ley 72, que pretendía vender terrenos de la Zona Libre de Colón, constituyó un salto de calidad en la creciente confrontación social y política que atraviesa la sociedad panameña por la continuidad de las políticas neoliberales del gobierno empresarial de Ricardo Martinelli.
 
Esta lucha, encabezada por el Frente Amplio de Colón (FAC), es la continuidad en un nivel superior de las luchas anteriores: contra la Ley Chorizo, en julio de 2010; contra el Código Minero en 2011 y 2012;  contra el proyecto de "Asociación Público Privada", fines de 2011; y contra la venta de las acciones públicas de las empresas eléctricas y la imposición de la Sala V de la Corte Suprema, a mediados de 2012.
 
Continuidad del conflicto entre el modelo económico neoliberal (cada vez más desigual y explotador) y la clase trabajadora apoyada por sectores populares que se rebelan contra las imposiciones antidemocráticas y la injusticia social del capitalismo dependiente panameño. Estamos, con toda claridad ante una lucha de clases creciente.
 
La lucha contra la Ley 72 ha significado un salto de calidad, porque se ha producido, no en la periferia del sistema (como en Changuinola y San Félix), sino en el centro neurálgico del capitalismo panameño: el área metropolitana, con la paralización de la Zona Libre de Colón y los puertos de la costa atlántica, que rápidamente se fue extendiendo a nivel nacional: con la huelga de SUNTRACS, los gremios docentes y el combativo pueblo Gnäbe-Buglé, a través de la Coordinadora de Lucha y la cacica Silvia Carrera .
 
El éxito de esta lucha se debió al carácter democrático y asambleario del Frente Amplio de Colón (FAC), que permitió la movilización unitaria de los gremios y sindicatos de la provincia, superando con ello el sectarismo y la atomización que había predominado en el movimiento obrero y popular desde las grandes luchas de 2003-2005. El funcionamiento del FAC prueba la fuerza de la democracia obrera y popular, superior a la democracia representativa burguesa (expresada en al corrupta Asamblea Nacional). El FAC debiera convertirse en una Asamblea Popular permanente, baluarte de los intereses del pueblo colonense.
 
La lucha produjo un resquebrajamiento en la unidad de la clase dominante en torno al gobierno de Cambio Democrático y Martinelli. Surgieron opiniones divergentes entre las Cámaras de Comercio, principalmente la de Colón (que declaró un paro de 48 horas), la poderosa Asociación de Usuarios de la Z.L.C. y el gobierno. Divisiones que aún se mantienen respecto a de dónde saldrán los fondos para saldar la "deuda social" con el pueblo colonense.
 
Incluso hubo elementos de una grave crisis política y vacío de poder, acicateados por la ausencia del presidente, en particular en la mañana del 26 de octubre, cuando las autoridades no atinaban cómo proceder frente a la paralización casi total de la economía, lo cual obligó a finalmente aceptar la derogación total de la Ley 72.
Esta crisis ha generado una situación política nueva: Martinelli y su gobierno venían de una recuperación que le permitía acariciar la idea de la reelección, ahora se ha pasado a una crisis de credibilidad que amenaza su continuidad. Desde muchos lados se alzan voces con la demanda:"¡Que renuncie Martinelli!". Consigna que puede llegar a ser el eje de la movilización, combinada con la de Asamblea ConstituyenteLa crisis no es mayor porque, al igual que en las coyunturas anteriores, los partidos políticos burgueses de "oposición" (PRD, Panameñista y Popular) juegan a estabilizar con miras a 2014.
 
¿Cómo evolucionará la situación? Depende de varios factores:
 
1. El Frente Amplio de Colón (FAC), se ha constituido en la vanguardia de las luchas nacionales, y todo va a depender de que sostenga la negociación con el gobierno junto con la movilización. Sólo con la movilización podrá materializar las justas demandas de que los grandes negocios de la provincia (Zona Libre y puertos) compartan la riqueza que acumulan para subsanar las miserias que sufre el pueblo colonense; además de exigir la investigación y castigo contra los responsables de las violaciones a los derechos humanos, la represión y asesinatos. Es clave exigir la liberación de las decenas de presos políticos que quedan e impedir el uso del terrorismo judicial contra los dirigentes. Si se pierde la iniciativa en las calles, gobiernos y empresarios darán largas y harán humo las demandas.
 
2. A nivel nacional, el Frente de Defensa de la Democracia, siguiendo el ejemplo del FAC, debe consolidarse como el organismo democrático que concite la unidad de todo el movimiento sindical y popular. Para ello hay que formular un Plan de Lucha contra las medidas neoliberales del gobierno. Su éxito dependerá de cómo el FDD maneje la presencia de partidos y políticos tradicionales en su seno: cuya presencia puede ser tolerable solo si es para movilizarse contra las medidas impopulares. Pero se debe estar alerta ante el intento de esos partidos oligárquicos de "oposición" de utilizar este Frente como un instrumento de su proyecto electoral, para que en 2014 gane otro empresario y el régimen político siga igual.
 
3. El problema de fondo es qué sectores canalizarán políticamente las luchas sociales y el descontento acumulado contra Martinelli: o, los partidos burgueses de "oposición", quienes ya han lanzado el lazo para amarrar a sectores sindicales, en un gran "frente electoral de oposición", con lo cual se repetiría lo mismo que en otros momentos, dando continuidad al régimen neoliberal; o, un proyecto político electoral independiente, de carácter antineoliberal y popular, que en principio vemos como más probable que se forme en torno al Prof. Jované y el Movimiento Independiente de Refundación Nacional (MIREN).
 
4. La lucha empieza también a producir una maduración de amplios sectores de vanguardia que comprenden que la crisis panameña hace parte de una crisis mundial del sistema capitalista, y que la realidad demanda un programa que avance mucho más allá del antineoliberalismo y la "democracia participativa". Se requiere empezar a trabajar en función de la unidad de un proyecto político que levante con claridad un programa SOCIALISTA.
 
Panamá, 2 de noviembre de 2012.