Exitoso
foro-debate sobre luchas indígenas
Con
gran éxito se celebró, el jueves 14 de junio de 2012, el foro debate denominado
Las demandas de los pueblos originarios
de Panamá. La actividad, realizada
en el Salón de Profesores de la Facultad de Humanidades de la Universidad de
Panamá, fue coorganizada por la Asociación de Estudiantes de Sociología de la
UP (AES), la Unidad Estudiantil Revolucionaria (UER), el Movimiento Democrático
Popular (MDP) y el Movimiento Popular Unificado (MPU).
El
Salón de Profesores estaba lleno a capacidad por parte de dirigentes políticos
progresistas, miembros conspicuos de la sociedad civil, académicos, estudiantes
y, desde luego, representantes de los pueblos indígenas; no solo por el interés
que el tema despertaba, sino por la alta calidad e indiscutible prestigio de
los miembros de la mesa principal: el reconocido científico e intelectual guna
Aristeides Turpana; el reputado activista y aventajado estudiante de Derecho,
el gnäbe Pedro Ábrego; el notable investigador social guna, Jesús Alemancia; el
probado dirigente de la Coordinadora por la Defensa de los Pueblos Indígenas, el
gnäbe Alberto Montezuma, y la dirigente social panameña más importante de los
últimos años, Silvia Carrera, cacica general de la Comarca Gnäbe-Buglé.
Tras
las palabras introductorias de Aurelio Robles, miembro del Directorio del MPU,
Aristeides Turpana se refirió magistralmente a la discriminación y menosprecio
que han sufrido los indígenas desde la llegada de los europeos; displicencia
que se refleja en múltiples facetas, no solo económicas y sociales, sino
también en diversas manifestaciones de la cultura y hasta en el propio
discurso. Igualmente abordó cómo, desde
los inicios, los indígenas han presentado resistencia a estos signos de la
opresión, haciendo un llamado a “refundar Panamá a partir de los panameños”.
Por
su parte, Pedro Ábrego ahondó en la normativa jurídica referente a los pueblos
indígenas, denunciando su falta de pertinencia, su institucionalización de la
discriminación racial, política, económica y social (Oficina de Integración de
los Indígenas –OEA-) y la forma cómo esta discriminación opera a través de la
oposición conceptual entre el derecho individual y el colectivo, en detrimento
de este último. Se refirió igualmente a
los abusos realizados a través del “robo legal de tierras”, específicamente a
partir de la Ley de Turismo de 1997 (aprobada en la administración de Ernesto
Pérez Balladares); abusos que se reflejaron en desalojos violentos, asesinatos
de dirigentes e incluso de niños. Los
desmanes continuaron con las concesiones territoriales del gobierno de Martín
Torrijos y desembocaron en su profundización en lo que va de la Administración
Gubernamental de Martinelli.
La
actividad continuó con la intervención del sociólogo Jesús Alemancia, quien
llamó la atención de la artificialidad de las fronteras y límites
territoriales, pues “ninguna provincia, ninguna frontera elimina el territorio
ancestral.” Por ello, la pretensión de
la empresa privada y del “Estado” de desconocer esta realidad intenta
aprovechar lo que ellos consideran “el último espacio que queda al capital para
‘crecer´´”; justamente el espacio que se ha constituido, desde antiguo, como
“territorio de refugio” en el que las poblaciones indígenas se han desarrollado
autónomamente.
Silvia Carrera durante su exposición
Continuó
la jornada el dirigente Alberto Montezuma, quien hizo un recuento de las
protestas de los indígenas gnäbe-buglé en los últimos años. Llamó la atención sobre el interesante
fenómeno que ocurre con la escolaridad en su pueblo, pues esta, en virtud de
las dificultades de acceso y económicas, es una de las más bajas. “Los docentes”
–recalcó- no son de la Comarca” y remarca la ironía de que, en ella, “el que
menos ha ido a la escuela es el que más sabe” en alusión a que la sencillez de
su sabiduría los ha capacitado para tomar las más graves decisiones con el
mejor juicio. También se refirió a la
presencia del Torrijismo en la Comarca como una “llaga”, pues los padres
inculcan a los hijos su agradecimiento hacia Omar Torrijos y esto los hace
proclives a la influencia del Torrijismo, al que denunció por perjudicar a la
Comarca a través de la concesión de tierras y la ley de CODEMIN. Defendió, finalmente, la posición negociadora
de la Coordinadora, que logró importantes concesiones; y aludió a las críticas
de los que esperaban “lograr el 100%” sin tomar en cuenta el alto costo y
sacrificio que el pueblo indígena sufría y del que la Dirigencia tenía que
preocuparse. Acusó a sus críticos diciéndoles: “Se utilizó a nuestra gente para
desinformar… ¿cuánto costarán esas personas?”
Cerró
el ciclo de exposiciones la cacica Silvia Carrera, quien demostró, en su
intervención, su cualidad de dirigente atípica, causa de admiración en todo el
país. Llamó a la “unidad para que el
Gobierno nos respete. Ellos solo piensan
en sus bolsillos.” Su discurso, de gran
sencillez, abordó, sin embargo, los temas más profundos, como el de los
perjuicios que tiene la política gubernamental para toda la población: “El
problema de Petaquilla y las Comarcas es de todos, no solo de los indígenas.” Y
añadió su posición sobre el problema más universal del momento: “Mucha gente no
sabe lo que es el cambio climático.
Nosotros sí, porque lo vivimos.”
Silvia
Carrera continuó manifestando sus ideas llenas de amor por su tierra: “Yo
defiendo a la Comarca, la tierra donde yo nací y donde nació mi hijo.” Pero insiste en que esa lucha debe concitar
la unidad de su pueblo: “Los llamo a no pelear internamente, sino a prepararnos
juntos para la lucha,” pues cuestiona la noción que tiene el Gobierno sobre la
llamada “seguridad jurídica” así: “¿Seguridad jurídica? ¿Y dónde está la
seguridad social del pueblo? Si dejamos
que privaticen nuestros ríos, ¿a dónde nos vamos a bañar?, ¿cuál agua
tendremos? Eso afectará a nuestros hijos, nuestros nietos.”
La
Cacica se reconoce como una mujer de profunda espiritualidad, convencida de que
la justicia está de su parte: “He tenido hasta familiares que han sido comprados
por las empresas, pero los malos espíritus no pueden contra Dios; nosotros
tenemos el apoyo de Dios…” y hace protesta de su honradez al desmentir a
quienes intentan aprovecharse de su nombre y su prestigio: “Los comunicadores
se prestan para decir muchas cosas falsas.
No tengo a nadie pidiendo dinero en mi nombre.”
A
lo largo de la jornada, fueron leídos anuncios y comunicados en apoyo y defensa
del Movimiento Estudiantil de la Universidad de Panamá, y manifestaciones de
solidaridad hacia los estudiantes sancionados por esta Universidad por
protestar contra el Gobierno de Ricardo Martinelli, especialmente hacia Carlos
Bichet y Martín Castillo, en huelga de hambre.
La Dirigencia Indígena, como una muestra de apoyo, bajó, terminada la
jornada, a presentar respetos y a dar ánimos a los estudiantes en huelga de
hambre, quienes a su vez les manifestaron su mayor admiración.