jueves, 6 de diciembre de 2012


MOVIMIENTO POPULAR UNIFICADO
 
ANTE LA CATÁSTROFE DE LAS INUNDACIONES:
POR UNA COMISIÓN INDEPENDIENTE QUE DETERMINE  RESPONSABILIDADES DE AUTORIDADES E INTERESES PRIVADOS

Vista aérea de la entrada a la ciudad de Colón, Panamá
 
Que en Panamá llueva mucho en noviembre es habitual y parte de nuestro clima tropical. Pero que las lluvias produzcan el grado mayúsculo de afectaciones que Panamá Oeste y Colón sufrieron a mitad de este mes, no es común. Que se hayan producido inundaciones masivas, con un saldo de 5 muertos y más de 6,000 viviendas arrasadas, además del anegamiento completo de las entradas a la ciudad de Colón, es algo insólito.
 
Algunas autoridades tratan de desviar las responsabilidades que les pueden caber por esta situación, culpando al clima, al designio divino o al cambio climático. Pero por todos lados se han alzado las voces de decenas de expertos (ambientalistas, ingenieros, arquitectos, etc.) señalando con claridad que la responsabilidad principal es el modelo de crecimiento capitalista que el país ha adoptado en los últimos años.
 
Todos los expertos, incluyendo personas tan respetables y conocidas como Raisa Banfield, Stanley Heckadon y Juan Antonio Ducruet, apuntan con su dedo acusador a la industria inmobiliaria depredadora que: tala manglares, construye rellenos inseguros, tapona cauces de los ríos y abarrota las costas de las ciudades con nuevas edificaciones que violan reglas ambientales elementales, ante la aprobación cómplice y/o comprada de las autoridades que debieran velar por la seguridad colectiva y el ambiente.
 
En el derrumbe de la carretera Transístmica, que costó la vida a dos rescatistas, el dirigente del Frente Amplio de Colón, Felipe Cabezas ha denunciado que había una construcción en proceso que pudo ser la responsable. En las viviendas de Arco Iris, desmoronadas cual castillo de naipes, y que habían sido inauguradas por el presidente Ricardo Martinelli hace pocos meses, a un costo superior a los 3 millones de dólares para el Estado, evidentemente hubo mano criminal de la empresa constructora y de los supervisores del MIVIOT.
 
En las inundaciones de los Cuatro Altos se señala como responsables a los nuevos depósitos de la Zona Libre de Colón; y dentro de la ciudad no funcionaron las bombas de desagüe, constituyendo otra prueba más del abandono de la provincia por los gobierno neoliberales. En las inundaciones de Arraiján, está por determinarse la responsabilidad de las barriadas y centros comerciales construidos entorno a la autopista Arraiján-Chorrera. En todos los casos, evidentemente falló el ineficaz o inexistente sistema de alerta temprana.
 
Es urgente la creación de una Comisión Independiente de expertos que determine la veracidad de las acusaciones que se alzan por parte de víctimas y especialistas, contra empresas constructoras y funcionarios ineficaces, para establecer las responsabilidades civiles y penales que puedan caberles. Y, de ser así, ¡que sean realmente castigados!
 
Es evidente que desastres como el que acabamos de vivir se repetirán de seguir este modelo de capitalismo depredador, que en búsqueda del lucro fácil y rápido se está apoderando de todas nuestras costas, y que ya está desolando los manglares que quedan tanto al este de la ciudad de Panamá como en Colón.
 
El Movimiento Popular Unificado (MPU) también denuncia que la voracidad presupuestaria del gobierno de Ricardo Martinelli intenta ahora echar mano del recién creado Fondo de Ahorro Panamá, con la excusa de hacer frente a los daños ocasionados por esta tragedia, cuando el presupuesto vigente, "el más alto de la historia", cuenta todavía con recursos para casos de emergencia, que no se han usado, o se están gastando en clientelismo y politiquería.
 
Como bien ha señalado el boletín Panamá Profundo: "ESTOS DESASTRES, NO SON NATURALES". Estos desastres son causados por el sistema capitalista corrupto y depredador que se ha impuesto y sus tragedias se repetirán, a menos que los trabajadores volteemos la torta e impongamos un gobierno de los de abajo, verdaderamente humano, democrático y socialistaNO ES LA NATURALEZA LA RESPONSABLE DE ESTOS DESASTRES, ES EL CAPITALISMO.
 
Panamá, 28 de noviembre de 2012.

MOVIMIENTO POPULAR UNIFICADO
 
COMPAÑERO CARLOS FRANCISCO CHANGMARÍN,
 ¡HASTA EL SOCIALISMO SIEMPRE!

Carlos Francisco Changmarín, tras recibir el Premio Universidad
 
El compañero Carlos Francisco Changmarín ha muerto tras una larga y fructífera vida de militancia popular. Hasta el último de sus días fue un comprometido militante comunista que perteneció a la Generación de 1947, cuya juventud enarboló la bandera panameña en firme determinación antiimperialista, exigiendo el fin de la presencia militar norteamericana y la abolición de la Zona del Canal.
 
Maestro de profesión, emanado de la gloriosa Normal de Santiago, fue por vocación la voz de los humildes, en especial del campesinado panameño que clamaba por el derecho a la tierra. Su principal arma de lucha fue la palabra, y la usó con maestría, para componer poemas, décimas, cuentos y novelas que siguen y seguirán por mucho tiempo, expresando el sentir del pueblo panameño. Fue uno de los primeros en recuperar para la memoria histórica la figura del "Cholo Guerrillero" Victoriano Lorenzo.
 
El compañero Chico, como le llamábamos con afecto, pasó dignamente por la dura prueba de la cárcel y el exilio, que sirvieron para curtir su compromiso político por la soberanía, el movimiento obrero y el campesinado.
 
En el Movimiento Popular Unificado le recordamos con especial cariño porque fue a partir de orientación personal y de uno de sus escritos que, en 2006, se pudo constituir un primer esbozo de unidad de izquierdas para la conformación de un proyecto político electoral popular, que en ese momento se llamó Fuerza Popular Alternativa.
 
El Movimiento Popular Unificado extiende a su compañera de toda la vida, a sus hijos y familiares, y a sus compañeros y compañeras del Partido del Pueblo de Panamá, nuestra solidaridad por el deceso de un compañero tan valioso.
 
¡Compañero Chico, tu ejemplo perdura en todos nosotros!
 
Panamá, 6 de diciembre de 2012.